martes, 5 de enero de 2016

Las entrañas de la guerra.


En 1945, en los estertores de la 2ª Guerra Mundial, y con los alemanes cada vez más contra las cuerdas, varios escuadrones de tierra atraviesan Europa con la intención de llegar a Berlín y acabar con el Führer. A uno de esos escuadrones esta el tanque "Fury", al que para sustituir a un soldado caido en batalla, entrará a formar parte Norman Ellison, un jovencísimo soldado que no se imagina lo que va a vivir.

Vaya por delante que este película, se trata más de un estudio de personajes que de una película de batallas bélicas. Siguiendo una estructura similar a "Salvar al soldado Ryan", al principio de la narración, se introduce un personaje novato, que va a ser los ojos del espectador del espectador a la hora de relacionarse con la guerra en general, y con el batallón que maneja el tanque, en particular.

Dicho tanque que da nombre a la película en versión original, "Fury", es una metáfora de sus propios ocupantes. Lo que a primera vista parece una maquina de matar vacia e inerte, alberga en su interior vida y emociones. Los que ocupan el tanque, comen, respiran, se pelean, se reconcilian, orinan y hasta follan dentro de él, convirtiendolo casi en un ser vivo (vease el momento en el que uno de los personajes renace de él como si de un vientre materno se tratara, como bien apuntaba el siempre brillante TFV en su crítica...). Esos soldados que alberga la máquina, que si el tanque fuera un ser vivo serían sus distintos órganos y sistemas (cerebro, piernas, ojos...) siguen un proceso paralelo: lo que parecen meras herramientas de guerra, albergan en
su interior emociones más allá del afán de sangre y fuego. Desde luego que lo que más los define es su condición de soldados como demuestra su actitud en la última batalla, en la que todos deciden pelear no empujados por el heroísmo ni por proteger a sus compañeros, sino porque tras todo lo que han vivido en esa guerra de pesadilla, luchar es practicamente lo único que ya saben hacer. Sin embargo, eso no quita que, conforme el nuevo recluta va conociendo a sus nuevos compañeros, él (y el espectador), va viendo que más allá de la repulsión inicial que generan sus acciones despiadadas, se trata de personas con miedos, esperanzas y valores. El punto de inflexión es la secuencia que involucra a dos mujeres alemanas, sensible por momentos y desgarradora en un última instancia, que supondrá el inicio del cambio para la actitud del personaje de Norman ante la guerra y sus compañeros.

Ahora bien, aunque lo que más llama la atención de esta película, eso no significa que la representación de las escaramuzas sea simple. Nada más lejos de la realidad. Las secuencias de batalla son estupendas, rebosan tensión, y son muy dinámicas, lo que tiene aun más mérito, ya que el  que centro de la acción sea algo tan lento y pesado como un tanque, no lo pone nada fácil a este respecto. Además la vivencia emocional y subjetiva de los personajes, se ve reforzada por ideas tan sencillas, pero a la par tan brillantes, como hacer que no se vean las batallas en ningún momento desde el punto de vista del ejercito alemán: no se ven sus trincheras, ni el interior de sus tanques, ni siquiera las ordenes que reciben de sus superiores, a no ser que estas sean vistas por alguno de los miembros del comando americano.
Un punto y aparte merece el tratamiento que recibe la violencia en esta cinta, muy cruda, spero carente de todo efectismo. Y es que la representación bascula entre el realismo más descarnado (se ve como el tanque aplasta cabezas y cercena miembros, aunque durante los instantes justos para que el momento no pierda fuerza y la sangre y la carne dejen de perder eficacia) y el mayor de los surrealismos (como queda claro ya en ese extraña secuencia inicial, o en detalles como el trozo de rostro que el recluta novato se ve obligado a limpiar del tanque). A este citado surrealismo, contribuye mucho que los disparos de todas las armas se vean en pantalla como si de disparos de un arma laser de "Star Wars" se tratara.

Por si no ha quedado claro leyendo la crónica, "Corazones de acero" se trata de una interesantísima película bélica, capaz de encontrar su propia voz en género y una temática tan trillada como el cine bélico de la 2ª Guerra Mundial. Muy recomendable.

9 comentarios:

  1. no me gustan las películas de guerra, pero me hiciste ganaas de verla ja... además Pitt es un muy buen actor... y al centrarse mas en la psiquis de los personajes como decís, me gusta mas la idea... salu2...

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    1. Aunque no te gusten las películas de guerra, esta si que puede gustarte, aunque eso sí, aparecen todos los lugares comunes de este tipo de cine. Aun así, yo le daría una oportunidad.
      Saludos

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  2. No tengo buen recuerdo de esta peli. Lo que más me caló fue lo del trozo de cara en el suelo y lo de los láser, que ya se veía raro en el trailer.
    Me pareció lenta y con bastante tópicos.

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    1. Tópicos tiene, aunque los resuelve bien. Y lenta, pues a mí no me lo pareció, ya que incluso los momentos de reposo tienen bastante tensión. Lo del trozo de cara si que se queda grabado en la memoria, sí.

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  3. Buena película y excelente post. Por mi trabajo puedo ver pocas películas y el año pasado estrené paternidad, así que tuve aún menos tiempo, pero no me arrepiento de que una de ellas fuera ésta, te invito a leer mi entrada. ¡Feliz año!

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    1. Ya te he respondido en la interesante entrada que escribiste. En cuanto a lo de la paternidad, te entiendo perfectamente, ya que yo también me estrené en 2015 y se lo que es que te absorba el tiempo la crianza. Eso sí, te hace descubrir que horas se puede ver cine en horas que pensabas impensables.
      Saludos y feliz años para ti también.

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  4. A mí me gustó más de lo que pensaba y coincido mucho de lo que comentas.
    Saludos!

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    1. La verdad es que la película es de esas que sorprenden para bien.
      Saludos!

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